Sentimientos de cartón

Cerré las tapas y apagué la luz que hay sobre mi cama. Aquella noche había tenido una cita frustrada. Dos, en realidad, una bajo mi responsabilidad. Nada deprimente... Mi vida sentimental estaba plagada de éxitos. De éxitos a medias, en definitiva, cuya suma al fin y al cabo era un fracaso que por el momento no me preocupaba.
Acababa de terminar (de devorar) un libro que hablaba de amor; un amor a tres, compartido y consentido, que de forma un tanto extraña me resultaba cercano, aunque no real. Supongo que serían los sentimientos de cartón que describía, y a los que yo siempre me aferraba. Tal vez como si no fuese capaz de ir más allá.
Encendí el televisor; cine oriental, insípido, lejano y taciturno y demasiado subliminal. En realidad no la veía, sólo la miraba. Muy cultureta todo. Y muy vacío. De reojo la maleta, al día siguiente volaba. Por placer. Por evasión. Por necesidad, estoy seguro. Volaba de mí mismo, ansiando que el aterrizaje me reconciliara. No era tan difícil en el fondo. Cerré los ojos y dejé de pensar. Al día siguiente no quedaría nada. No en la superficie, por lo menos. Evadirse siempre había sido el camino fácil. Y eso no cambió, aquella noche.

espiral

descubrir lo que uno quiere no es fácil.
la mayor parte del tiempo te dejas llevar. te deslizas por lo agradable o lo emocionante o lo que no conoces. hasta que sientes que ya no te reconforta. ni te excita ni te emociona.
no es lo que pensabas. o sí que lo es, pero comprendes que no lo que buscabas.
no en todo, obviamente. algunas cosas, con el tiempo, las vas viendo más claras. pero en otras... vuelves a empezar una y otra vez.
algunos tienen la dicha o la resignación de escapar de esta espiral. en mi caso, ni lo uno ni lo otro.

vuelvo a empezar.
sin saber muy bien hacia dónde. pero vuelvo a empezar.

nada

éste, nada, es mi primogénito.
no pretende una imagen o un estímulo, no posee afán de notoriedad y no ansía ser leído. nace sin pretensión de nada y muy probablemente lo acabe siendo.
hace ya 3 años que no escribo. por eso nace nada.